Si bien el arroz es alimento diario para cerca de 3.5 mil millones de personas en el planeta, es también uno de los cultivos más contaminantes con emisiones de gases de efecto invernadero que equivalen a las emitidas por toda la industria de aviación. Además, cada año, millones de toneladas de pajas de arroz son quemadas en los arrozales lo cual contamina el aire a nivel local y afecta la salud de millones.
La producción de arroz utiliza entre el 30% y 40% del agua de riego de todo el mundo, esto según datos de la Plataforma para el Arroz Sostenible (SRP, por sus siglas en inglés). Los productores de arroz del sudeste asiático se encuentran entre los más vulnerables a los impactos del cambio climático, tales como el aumento del nivel del mar, la salinidad, el aumento de la temperatura, la sequía e inundaciones.
Con estos retos en mente, hemos establecido nuestros objetivos estratégicos con base en nuestra visión de un mundo donde las decisiones humanas aseguren un futuro sostenible, así como los principios incluidos en nuestra Estrategia 2020-2025. Nos enfocamos en apoyar una mejor gestión de uso del suelo que beneficie a las personas, la naturaleza y el clima. Hemos identificado el sector arrocero como un área clave estratégica debido a los grandes temas relacionados con la sostenibilidad y el gran potencial que tiene por crear cambios positivos.
Somo el primer Organismo de Verificación en recibir una licencia bajo la nueva Norma de Aseguramiento de la Plataforma para el Arroz Sostenible (SRP) para apoyar a los productores de arroz en la creación de prácticas agrícolas más sostenibles.
La Plataforma para el Arroz Sostenible y la Norma de Aseguramiento verifica la producción del arroz y abordar una serie de temas críticos relacionados con la sostenibilidad como la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire. La norma y esquema de aseguramiento contribuyen a aumentar la oferta mundial de arroz, mejorar los medios de vida de los productores de arroz y reducir el impacto ambiental de su producción.
La norma ofrece una definición ampliamente acordada sobre las mejores prácticas sostenibles y brinda una base científica para ofrecer a los actores en la cadena de suministro, un esquema de aseguramiento sólido, eficiente y transparente. La norma es adecuada para agricultores individuales, grupos de pequeños agricultores, así como fincas de mayor tamaño y se enfoca en garantizar su relevancia, carácter práctico e impacto, especialmente para los pequeños agricultores de países en desarrollo.
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